(Lo absurdo como ruptura)
Teatro del absurdo
Por Gisela Cavanelas
Absurdo es un concepto que identifica
al pensamiento ilógico y a la conducta extravagante. Dentro de la literatura,
aparece como un estado filosófico en el que los personajes asumen el carente
sentido que tiene la vida y la existencia. El absurdo, no está conformado
obligatoriamente por acontecimientos ilógicos, humorísticos o carentes de
razón. Se trata de un estado de reflexión y aparente indiferencia que
experimentan los personajes y el narrador sobre el acontecimiento sinsentido
(absurdo) que les sucede.
El teatro de absurdo surge en Europa con las obras La
cantante Calva de Ionesco (1950) y Esperando a Godot de Beckett
(1953). Adamov, Pinter, Albee, Arrabal, Pignet son algunos de sus
representantes. Tras la segunda guerra mundial y en el contexto de la
posguerra, establecieron un retrato desilusionado de un mundo destruido y
desgarrado por los conflictos y las ideologías. En Hispanoamérica, el absurdo
surge años más tarde, con una peculiaridad: desde su comienzo no han tratado de
copiar las formas extranjeras ni se han apartado mucho de los temas
tradicionales hispanoamericanos. Se concreta así un absurdo local. El Absurdo
en argentina comienza con el estreno de El Desatino (1965) de
Griselda Gambaro. Esta estética se encuentra dentro de lo que Pelletteri
denominó neovanguardia absurdista, con autores como Gambao y Pavlovsky ,
concentrando la actividad artística en el Instituto Torcuato di Tella. El
absurdo de Gambaro concentra influencias europeas de Pintler (quien plantea un
teatro absurdo del “terror cotidiano”) junto a la tradición teatral argentina,
el teatro expresionista de Arlt y el grotesco criollo. Así, forma un absurdo
más realista, centrado en lo connotativo, o en el desarrollo de la intriga y no
(como en el europeo) concentrándose en el simbolismo. El teatro de absurdo
hispanoamericano se vuelve portavoz de un pueblo contra los excesos de los
gobiernos totalitarios, la manipulación explotadora y las exigencias éticas; y
a su vez confronta la demencia global con una experiencia catártica. No
pretende resolver la locura que nos acosa, pero da voz a nuestros terrores; nos
reímos de nuestras idiosincrasias colectivas y confrontamos nuestra brutalidad,
fanatismo y masoquismo sin hacerle daño a nadie.
La cantante calva de Ionesco es una sátira que exagera algunos aspectos de
la vida cotidiana con el fin de demostrar la falta de sentido del personaje. En El rinoceronte, la obra quizá más conocida
de Ionesco, los habitantes de una pequeña ciudad se transforman en
rinocerontes. El personaje principal, prototipo del hombre normal al
comienzo de la obra, va siendo apartado de la vida de la pequeña sociedad de su
ciudad a medida que lucha contra el conformismo de sus habitantes.
Los días felices de Beckett. En esta
obra, la protagonista, es una señora de
mediana edad que aparece en escena semienterrada en un montículo calcinado,
bajo una luz cegadora. Pese a ello, a través de un ritual de gestos cotidianos,
encuentra siempre motivos, por insignificantes que sean, para considerar sus
"días felices". El rebuscado lenguaje de la protagonista, por
ejemplo, refleja especialmente su pérdida de memoria. Otra característica
llamativa, única en el teatro de Beckett, es que el personaje recurre
constantemente a las citas literarias, las cuales aparecen distorsionadas, al
presentarse en fragmentos mal recordados. El otro personaje de la obra,
su esposo Willie, vive obsesionado por el sexo y una postal pornográfica que
guarda. Hallándose totalmente separado de su esposa, detrás de su montículo,
refleja la ironía situacional de la pieza, pues su deterioro añadido pone de
manifiesto la futilidad de los apetitos físicos a los que se aferra.
A puerta
cerrada de Jean Paul Sartre La obra se inicia con el Mayordomo conduciendo a un
hombre llamado Garcín hacia un cuarto, que la audiencia pronto identifica como
el infierno (el infierno puede ser un hotel gigantesco, debido a los
"cuartos y pasillos" mencionados en la obra). El cuarto no tiene
espejos ni ventanas y sólo cuenta con una puerta, tres sillones, una estatua de
bronce y un abrecartas. Finalmente, una mujer, Inés, entra a la habitación de
Garcín, y posteriormente otra, Estelle. Después de que ambas ingresen, el
Mayordomo sale y la puerta es cerrada con llave. Todos esperan ser torturados,
pero no aparece torturador alguno. En lugar de ello, ellos descubren que están
ahí para torturarse entre ellos, lo cual parecen estar logrando. Al principio,
los tres observan eventos que les conciernen, sucediendo en Tierra, pero
finalmente (conforme su conexión con Tierra se desvanece y los vivos prosiguen)
son abandonados con sus propios pensamientos y la compañía de los otros dos. Al
final de la obra, Garcín exige salir; tras decirlo, la puerta se abre, pero
ninguno decide salir, ya que se dan cuenta de que no pueden vivir los unos sin
los otros.
Corpus a trabajar:
El desatino de
Griselda Gambaro.
Los días felices, Esperando a Godot de Samuel Beckett.
La espera trágica de Eduardo Pavlovsky.
La cantante calva, El rinoceronte de Ionesco.
A puerta cerrada de Jean Paul Sartre.
El arte del absurdo: el dadaísmo: Marcel Duchamp y Man Ray.
Cosmigonón de Serú Giran.
Ojo con los Orozco de León Gieco.